Galletas de jengibre para acariciar el alma

Me encanta la temporada de Navidad porque es el tiempo donde puedo compartir más con mi familia y amigos, y esos momentos felices con el pasar del tiempo se convierten en recuerdos maravillosos.

Conocí las galletas de jengibre hace muchos años y la primera vez que las probé sentí que le estaba dando un mordisco a la navidad, es que fui al cielo y me devolví en un bocado.  

Prepararlas es una fiesta, cuando se hornean perfuman la casa de ese olor tan perfecto que te puedo asegurar que si cierras los ojos y disfrutas, te acarician el alma.

Así que te invito a hacerlas, a crear tradiciones y momentos felices en casa, de esos que llenan el corazón, de los que añoramos porque son magia pura.

¿Y qué hay de la historia de estas galletas? 

Pues el jengibre es una raíz y es originaria de China, llegó a Europa a través de la ruta de seda hace muchos años.  La historia dice que a eso del siglo XV las galletas de jengibre eran un lujo que solo los reyes y los más adinerados podían darse, debido a que esta especia era un bien muy preciado y difícil de conseguir.

Tiempo después, la reina Isabel I de Inglaterra las hizo populares desde que solicitó que sus galletas tuvieran la forma de algunos personajes de su corte, se decoraron con productos comestibles y fueron ofrecidas a sus invitados.  Luego el cuento de Hansel y Grettel cruzó fronteras y bueno, pudimos conocerlas y hasta hacer casitas con ellas.

Ingredientes:

400 gramos de harina de trigo

120 gramos de mantequilla

120 gramos de azúcar moreno

2 huevos pequeños

140 gramos de miel

½ cucharadita de pimienta negra en polvo

2 cucharaditas de jengibre en polvo

1 cucharadita de canela

¼ cucharadita de nuez moscada en polvo

¼ cucharadita de sal

Preparación:

1. Recuerda preparar con antelación todos los ingredientes y que estén a temperatura ambiente.
2. Tomar todos los ingredientes secos y tamizarlos con la ayuda de un colador, reservamos.
3. En el bowl de la batidora batimos a velocidad media, la mantequilla junto con el azúcar moreno hasta que veamos que se integraron correctamente.
4. Subimos la velocidad al máximo y batimos la mezcla por dos minutos más.
5. Mientras batimos con un tenedor los huevos en una tacita y los añadimos a la mezcla hasta que estén totalmente mezclados.
6. Seguimos batiendo a velocidad media, mientras añadimos la miel poco a poco.
7. Bajamos la velocidad a baja y añadimos poco a poco los ingredientes secos y mezclamos hasta que tengamos una masa totalmente integrada.
8. Dividimos nuestra masa en dos partes, las cubrimos con papel film y llevamos a refrigeración por al menos dos horas (puedes dejarla de un día para otro).
9. Ponemos una porción de la masa sobre un papel de horno y ponemos otro papel encima y estiramos la masa con un rodillo, una vez estirada la masa, la llevamos a refrigeración por 30 minutos.
10. Repetimos el paso 9 con la otra porción de masita.
11. Sacamos la masa de la refrigeradora, ya estará perfecta para cortarla y darle la forma deseada a nuestras galletas, una vez cortadas las ponemos sobre una bandeja forrada con papel de horno.
12. Lo que sobre de masita, la volvemos a amasar, estirar y llevamos a refrigeración para ser utilizada de nuevo. 
13. Llevamos las bandejas con las galletas cortadas a refrigeración de nuevo por al menos 15 minutos, mientras precalentamos el horno (esto ayudará a que no se deformen en el proceso de cocción).
14. Precalentamos el horno a 170 grados centígrados lo que es igual a 338 grados Fahrenheit con calor arriba y abajo.
15. Horneamos por 12-17 minutos dependiendo del horno.
16. Sacas la bandeja y sin tocar las galletas las dejas reposar por 10 minutos, luego de esto las pasas a una rejilla para terminar de enfriarlas.
17. Y ya estarán listas para decorarlas al gusto, puedes utilizar glaseado de diferentes colores y confititos, puedes sumergirlas todas o una parte en chocolate derretido (quedan espectaculares), o puedes comerlas solas que igual estarán de infarto.

¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!