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30/Jun/2020
Hay muchas conductas que, aunque no te des cuenta, pueden estar contribuyendo a la desigualdad entre hombres y mujeres. Aquí te contamos cómo reconocer acciones que pueden marcar una diferencia en la crianza de tus hijas e hijos.
Aunque la igualdad entre mujeres y hombres es un principio universal, en la práctica no siempre es aplicado. Por eso, es fundamental que enseñes a tus hijas e hijos desde una temprana edad a respetar a los demás sin importar su género.
Tal como explica el sitio Educo.org, se consideran violencia de género todos aquellos actos “de cualquier tipo que sean violentos o agresivos en una situación de desigualdad y que se producen cuando existe una relación de dominación del hombre sobre la mujer. Las consecuencias de la violencia de género pueden ser muy graves: físicas, sexuales, psicológicas etc”.
Asimismo la Organización Mundial de la Salud, incluye a las “amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.
A continuación te damos algunos pasos que pueden ayudarte en esta importante tarea.
Tal como explica este artículo de la Universidad de Málaga, existen distintos tipos de violencia de género.
Por ejemplo:
Física: cualquier acto de fuerza que suponga un daño o riesgo.
Psicológica: agresiones verbales
Económica: privación intencionada, y no justificada legalmente, de recursos para el bienestar
Sexual: cualquier acto de naturaleza sexual forzada por el agresor o no consentida por la mujer.
Es importante que tus hijos puedan diferenciarlas para que entiendan que no sólo se trata de golpes, sino que también de palabras humillantes o no apropiadas, de invadir el cuerpo de otra persona, etc.
Etapa de tensión: en la que el agresor acumula rabia y genera una situación de tensión en la que la mujer se siente amedrentada.
Etapa de agresión: se comete el acto violento. Es crucial que sea denunciada.
Fase de arrepentimiento: el agresor suele tomar conciencia de sus actos y quiere dar pie atrás. Sin embargo, si no existe un tratamiento psicológico de por medio, la persona volverá a caer en los actos violentos.
Tus niños y niñas deben entender que no pueden ejercer la violencia de género, aceptarla ni quedarse callados. En todas sus formas, son conductas que deben rechazar y condenar. Por lo tanto, siempre deben hacerle saber a un adulto responsable si es que son víctimas o testigos de violencia de género.
Ni siquiera debes tolerarla cuando se trata de hermanos. El respeto debe existir en todo tipo de relaciones.
Ojo con cómo te expresas frente a tus niños y niñas. Recuerda que el lenguaje puede crear realidades. Hay ciertas frases que pueden pasar desapercibidas, pero que pueden estar contribuyendo a la violencia de género. Lo ideal es que saques de las conversaciones aquellas expresiones que pueden dañar el autoestima, limitar el desarrollo y aumentar la desigualdad entre géneros.
En el libro No me lo digas más: 13 frases para entender la violencia de género de World Vision, puedes encontrar varias afirmaciones que es mejor evitar. Por ejemplo, “Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”, “Los hombres no lloran”, “Ser madre es lo más lindo de ser mujer”, “Si un niño te trata mal es porque le gustas”, entre otras.
Desde pequeños, niños y niñas deben poder crecer libres, expresar sus emociones, no tener la necesidad de cumplir con patrones preestablecidos, y rechazar la violencia.
Así como debes enseñar a tus hijas a respetarse y no tolerar actos de violencia en su contra, es igual de importante que eduques a tus hijos para que vean a las mujeres con igualdad. Ambas partes son clave para mantener una vida en armonía, en la que puedan complementarse con diferencias, virtudes y habilidades. Tus pequeños deben internalizar el buen trato e igualdad de condiciones desde temprana edad. Solo así se convertirán en adultos respetuosos.