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30/Jun/2020

Mi hijo/a adolescente no sale de su habitación:¿Qué hago?

La mayoría de los adolescentes suelen encerrarse en sus piezas por largos periodos, aunque muchas veces es producto del deseo de independencia o privacidad, existen algunas ocasiones en las que deberías estar alerta. Aquí, te dejamos algunas recomendaciones para afrontar esta etapa.

La adolescencia es una etapa compleja, en la que los niños y niñas empiezan a  transformarse en adultos y por tanto, están en pleno proceso de conocerse a sí mismos y construir su identidad. Como ya casi se valen por sí mismos, es normal que aparezca la necesidad de privacidad, ser más reservados o incluso la rebeldía

Ya sea porque comienzan a acostumbrarse a los cambios físicos de su cuerpo o simplemente porque están creciendo, los adolescentes exigen intimidad. Por ejemplo, cuando deciden pasar gran parte del tiempo en su habitación, podría ser solo una forma de afirmar su independencia y el control de su vida. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para afrontar esta situación.

¿Qué hago si mi hijo adolescente no sale de su habitación?

1. Convérsenlo

Si estás preocupado por el encierro de tus hijos o hijas, de seguro estás pensando en miles de razones que lo llevan a tener esta actitud. La mejor forma de averiguarlo es preguntándole, ya sea directamente o de manera sútil, si está todo bien. La respuesta dependerá de la personalidad de tu hijo o hija. 

Desde luego, es un error suponer que tiene problemas solo por este hecho en particular. Sin embargo, si es acompañado por otro tipo de comportamientos, podría ser una señal de alerta. Por ejemplo el bajo rendimiento escolar, cambios de hábitos de alimentación y/o sueño, menos ganas de interactuar con sus amigos o disminuir su interés en actividades que antes disfrutaba. Incluso, podría ser un signo de estrés, ansiedad o depresión, en ese caso te sugerimos consultar con un profesional.

Si no presenta ninguna señal adicional y no hay nada en su habitación que pueda ser alarmante, establece un límite apropiado. Por ejemplo, respeta su privacidad, mientras sean responsables con la escuela, los deberes del hogar y pasen tiempo en familia, al menos durante las comidas o el fin de semana. 

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2. Monitorea

Si cumplen sus responsabilidades y no presentan otras señales, está bien que soliciten mayor privacidad. Sin embargo, nunca está de más estar chequeando lo qué están haciendo e incluso invitarles a panoramas familiares para romper la rutina. 

Tampoco es bueno que se lo pase todo el tiempo en el teléfono, la computadora o consolas de videojuegos. Es importante, poner límites con la tecnología y motivar otras actividades o pasatiempos, pero no seas desconsiderado/a con su intimidad y privacidad, eso solo los hará distanciarse y ocultar cosas. 

3. Adáptate al cambio

De seguro, este es uno de los primeros indicios en los que has notado que tu hijo o hija está creciendo. En este sentido, es importante darse el tiempo de asimilar el cambio, para en el futuro poder tomar las cosas con más calma y dejarlo ir a su propio ritmo, sin ser un obstáculo.

Recuerda que la adolescencia es una etapa difícil, por eso el deber de los padres es apoyar, orientar y guiar a tus niños o niñas, no complejizarla. Piensa con la mente en frío y trata de recordar cómo te sentías a esa edad. 

Conclusión

Como pudimos ver, que los adolescentes pasen largos periodos en su habitación no es necesariamente un motivo de preocupación, a no ser que esté acompañado por otros cambios de comportamiento. Por lo general, solo es producto de la etapa que están viviendo, en la que su independencia y privacidad son fundamentales.

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